¿Sabes lo que es esa sensación de querer a alguien y odiarle al mismo tiempo? Eso era lo que le pasaba a ella, a veces no sabía si estaba enamorada o le aborrecía a morir. Podía estar observándole horas o no poder mirarle a los ojos. Podía sonreirle a la mínima tontería o no dedicarle un guiño en toda la noche.
Pero sabía que si él se lo pedía volvería mil y una veces, porque en el fondo y aun con el paso de los años, ella seguía enamorada de él.
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