martes, 18 de septiembre de 2012

Mereces morir, morir de la risa

Ese tío era diferente, no conseguía comprenderle por más que lo intentaba, lograba desconcertarme un montón.
Pero era precisamente por eso que me gustaba tanto, sabes había muchos que hubiesen puesto el mundo a mis pies y no di ni un cigarro por ellos, pero él no sabía ni lo que quería, no es que fuera el más guapo, ni el más inteligente, pero era el que más me gustaba, de una cosa estaba segura estaba loca por él, parece absurdo pero es asi, nunca había conocido a nadie asi y por eso nunca había conocido la realidad de la palabra obsesión, eso es, ese tío me obsesionaba.

Yo decidí prestarme a su absurdo juego y sabía lo que apostaba cuando perdí la guerra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario