Me miras de reojo, pero yo ya hace rato que he reparado en tu presencia. Llevo varios minutos mordiéndome el labio inferior y revolviéndome un mechón de pelo. Pido un tequila y entonces me miras y sonríes, evidentemente yo te devuelvo la sonrisa, me echo el chupito de trago. El tequila es como tú, hay que tomarlo de sorbo y sin pensarlo. Saco un cigarrillo de mi bolso, le cojo el mechero a una amiga (Sigo con mi absurda manía de perderlo todo), el bar esta reventado y salimos a fumar a la calle las dos. Ella me pregunta si me he dado cuenta de que estabas allí y yo respondo que no, que ni siquiera me he fijado. Entonces sales tú también y empezamos a hablar, aqui hay tema seguro, me guiña mi amiga y entra a por otros dos tequilas. Cuando ella sale ya no nos encuentra, y es que ni nosotros sabemos donde hemos parado, solo sabemos que estamos intentando que nuestras manos se encuentren debajo de las sábanas y es que mañana será otro día, pero de momento bésame como si no amaneciera nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario