Busco tus ojos entre el barullo de la gente y cuando por fin te encuentro decido ignorarte y ponerme coqueta con otros chicos.
Y es que no se que decirte, me gustas demasiado, pero tú no lo sabrás jamás porque nunca te lo diré.
Cuando por fin te pones a hablar conmigo no puedo dejar de mirar tus labios y no escucho las palabras que salen de ellos porque solo pienso en besarlos.
Cuando menos me lo esperó me plantas un beso y me doy cuenta de que no puedo guardar un secreto que llevo escrito en la mirada y yo te respondo con otro.
Esta noche tú, yo y mis caderas hemos entrado en batalla.
Cuando se despertó no recordaba nada de la noche anterior demasiadas cervezas dijo: al ver mi cabeza al lado de la suya en la almohada...y la besé otra vez, pero ya no era ayer sino mañana. Y un insolente sol como un ladrón, entró por la ventana.
jueves, 20 de septiembre de 2012
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