- Contéstame a una pregunta: Él te gusta?
- No, bueno... no lo sé.
- Cómo no lo vas a saber?
- No se si me gusta, pero a su lado pasa el tiempo más deprisa y cuando le tengo cerca siento la necesidad de besarle, no puedo dejar de pensar en el ni un solo segundo y...
- Y qué más?
- Y si el me lo pidiese iría al mismo infierno por estar a su vera.
- Entonces si que te gusta?
- Mierda! Me gusta mucho! Lo siento...
Cuando se despertó no recordaba nada de la noche anterior demasiadas cervezas dijo: al ver mi cabeza al lado de la suya en la almohada...y la besé otra vez, pero ya no era ayer sino mañana. Y un insolente sol como un ladrón, entró por la ventana.
martes, 18 de septiembre de 2012
Quedate hasta el día que lluevan pianos
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