Cada madrugada voy al lugar donde antes nos veíamos, al lado del riachuelo, supongo que me gusta auntoengañarme.
Me siento a esperar paciente que recapacites y regreses a mi lado, intento que aceptes lo que pasó, que lo superes y que vuelvas a quererme de la misma manera que antés hacías. Quiero volver a sentir que nuestros labios entran en guerra y terminar la batalla entre las sábanas, como hacíamos antés.
Pero cada madrugada regresó sola a casa con el primer rayo de sol.
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