Quiero nadar en el embravecido mar de tu mirada para cubrirnos de
arena, para broncearnos con cada caricia que quema cada parte de
nuestros cuerpos, y empaparnos con besos, susurros y suspiros
inevitables.
Hoy quiero tumbarme en la arena durante toda la noche y que sean las estellas los mudos testigos de lo mucho que nos amámos.
Hoy quiero que sea el sol quien me despierte, reflejado en tu pecho y que el desayuno sean tus sonrisas.
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