Ella cada vez besa unos labios que tienen sabores distintos ya no cierra los ojos, por la puñalada que le puedan dar, porque no quiere volver a sufrir de nuevo.
Ella no baja la guardía jamás, no puede permitise que la lastimen otra vez, no sabé si podría soportarlo.
Ella es la más bonita, aunque no sepa valorarse y piensa que de que le sirve si no puede retenerle a su lado.
Ella tiene unos ojos azules que son preciosos, el cielo anidaba en su mirada, antés irradiaban vida allá por donde iba, pero sus ojos han cambiado y en ellos ya solo se puede ver la tristeza y el dolor de haber perdido lo que más quería.
Ella fue el motor de la felicidad, fue tierna y cariñosa, fue demasiado buena para él.
Ella no cree ya en el amor, ni en los cuentos con final feliz, sabe de sobras que nada durá para siempre y que querer es un error, pues es darle a alguien la posibilidad de hundirte, lastimarte y dejarte el corazón hecho añicos para siempre, pero lo ha aprendido tarde.
Ella bebe cerveza, no una, ni dos, ella bebe hasta emborracharse porque así, aunque solo sea por un rato logra olvidarle y ahogar en un vaso los recuerdos.
Ella ya no llora por nada, ni por nadie, él la obligó a gastar todas las lágrimas del mundo.
Ella solía sonreír, recuerdo que su sonrisa conseguía hacerme olvidarme del mundo, era una de esas personas que contagian la risa, que aunque sea en el peor momento lograba cambiar lágrimas por sonrisas, siempre estaba dispuesta a robarme la tristeza, meterla en una botella y mandarla mar adentro. Ella ya no sonríe, por lo menos, no de la misma manera, ahora su sonrisa es fría, una de esas sonrisas que ocultan la tristeza.
La gente piensa de ella que no tiene sentimientos, pero yo sé que es porque los tuvo y le rompieron el corazón.
¿Quizás tú sepas quién es ella?, ¿Quizás tu sepas de quien fue la culpa de que ya no crea en el amor?, y, a lo mejor, solo tal vez, ¿Tú sabes quien es él?
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