sábado, 16 de febrero de 2013

Ella esta cerrada en esa habitación que una vez fue vuestro santuario, no puede parar de llorar, cada rincón esta impregnado de tu ausencia, no tiene ganas de vivir, tú erás el motivo de sus sonrisas y ya sabes que decía que las sonrisas son el motor de la vida.
Duerme a ratos, rendida por el cansancio, pero no logra conciliar el sueño más de diez minutos, despierta y vuelve a llorar.
Era bonita, pero ahora esta demacrada, lleva una ojeras que tienen tu nombre, ya no lográ sonreír de verdad, como solo ella sabía hacer.
No le quedan lágrimas, ni sueños, ni ilusiones, tú se los rompiste todos y cada uno de ellos.
Ella se encierra en la habitación para intentar agotar las lágrimas y poder decir que ya no puede llorarte más.
No puedo dejar de odiarte porque yo la adoraba.

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